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Despegan las criptomonedas, la blockchain se acelera y nadie quiere quedarse fuera

Las Noticias de la Comunidad (semana del 16 al 22 de julio de 2018)

La semana pasada hemos asistido al que parece ser el despegue definitivo de las criptomonedas. Tras rozar el resistente suelo de los 6.200 $, Bitcoin recuperó la tendencia alcista, superando la cifra de 7.500 $ y arrastrando en su ascenso al resto de altcoins. Por lo visto, en este cambio de tendencia ha podido influir la noticia de que BlackRock, el mayor gestor de activos del mundo, estudia adoptar la blockchain. Asimismo, y por primera vez en la historia, esta tecnología ha sido admitida en China como medio de prueba en un juicio, lo cual abre un extenso abanico de posibilidades para su adaptación en el ámbito legislativo y judicial, pero es que también impulsa la identidad digital auto-soberana.


«Bitcoin Space Bounce» (Man With No Name).

Otra de las informaciones que parecen haber influido en el despegue fue el anuncio de que Coinbase había recibido la aprobación para seguir adelante con tres adquisiciones que le permitirán ser uno de los primeros entornos regulados en los que estará permitido comerciar con activos digitales considerados securities (bonos, valores). Sin embargo, en este mundillo uno ya no sabe qué creerse, y tanto Coinbase como BlackRock desmintieron posteriormente ambas noticias. ¿Y dónde se encuentra la verdad entre tanta mentira? Pues, seguramente, en algún punto intermedio entre ambos extremos, pero no cabe duda de que, como decía don Quijote, si los perros ladran, es señal de que nos movemos.



Y es que el avance de las criptomonedas abarca todos los ámbitos de nuestra cotidianidad: Stellar se convierte en la primera cadena de bloques certificada por la Sharia para pagos y tokenización de activos, India podría suspender la prohibición de criptomonedas, el gigante móvil japonés LINE lanzó oficialmente las operaciones de su exchange de criptomonedas y la criptocompañía Change lanza aplicación de trading con cero comisiones. Por su parte, el fondo canadiense Rivemont Crypto mantiene el 90% de sus activos en fiat, pero su presidente asegura: «Aquellos que piensan que el interés en las criptomonedas se está agotando no están observando de cerca. Está sucediendo lo contrario».


La nota humorística de la semana la aportó Charlie Lee, fundador de Litecoin, que explicaba la subida asegurando que todos sus seguidores habían comprado 1 BTC siguiendo sus recomendaciones. Lee también mencionó la posibilidad de que el banco alemán WEG Bank AG ofreciera criptoservicios. Además, el banco Wells Fargo, con sede en San Francisco, registró la patente de su sistema de tokenización para proteger datos confidenciales y el Bank of America (BoA) presentó otra patente para realizar transferencias con criptomonedas.


En España, el gobierno de Cataluña lanzó un proyecto para la comercialización de energía solar en la blockchain de Ethereum, la moneda virtual que lanzó un joven vigués ya vale 400 millones en ocho meses y el Club de Remo de Bilbao aceptaba Bitcoin y Ether para pagar bocadillos y bebidas en las fiestas patronales de Santurtzi. Incluso Joan Laporta, ex presidente del FC Barcelona, se apunta a la moda blockchain.


Y no sólo el fútbol abraza con entusiasmo esta revolucionaria tecnología. También se asocia con el cine: el actor Will Smith y el futbolista Keisuke Honda lanzan un fondo de inversión de 100 millones para invertir en start-ups que mejoren el mundo, mientras que el productor Íñigo Marco trasladará a la Academia de Cine las oportunidades que blockchain ofrece a la industria cinematográfica.



En la comunidad, la política se ha llevado una vez más la palma. Y es que, a pesar de las diferentes opiniones, parece ser que, si escarbamos más allá de los detalles superficiales, en el fondo encontramos ciertos nexos en los que estamos de acuerdo. En el grupo de Telegram «Blockchain, meetup de debate», Enrique Santos decía: «Yo sinceramente creo que no estamos tan diferenciados de pensamiento, buena parte de este debate tiene que ver con nuestros conceptos de términos, es decir, diferencias de vocabulario, de lenguaje: unos asocian ‘consenso’ con imposición, otros no, unos asocian ‘capitalismo’ con corporativismo en connivencia política, otros no. Aunque esos puntos de vista empiezan a ser realmente diferentes, no de mero lenguaje, cuando pasamos a hablar de regulación, que ahí sí, implica indirectamente imposición de algo por el Estado, que es el que regula. Bitcoin, y por tanto todas las criptomonedas y su tecnología, nació para saltarse las regulaciones y que dieran igual. Eso sí que es el criptoanarquismo, y ahí coinciden Assange o Taaki también, en saltarse toda regulación, con lo que todo debate sobre regulación para un criptoanarquista se relega a cómo mejorar el sistema de moneda criptográfica P2P para seguir saltándose toda nueva regulación en lo posible».


Josep, por su parte, argüía: «Aquí el principal enemigo son los gobiernos y el Estado. El PoW (en lo que se basa Bitcoin) es atacable mediante el ataque del 51%. Pero a los mineros no les sale rentable hacerlo. Les sale más rentable ser honestos que no serlo. Nadie en su sano juicio haría una cosa que no le saliera rentable. Excepto un ‘personaje’: el gobierno. El gobierno, aunque no le salga rentable, sólo por joder, podría intentar joder a Bitcoin. Sólo lo puede conseguir siendo minero. Siendo nodos no mineros es imposible que afecte a la seguridad de Bitcoin. Pero con nodos mineros sí lo puede hacer. Así que lo importante para la seguridad de Bitcoin son los mineros. Cuantos más y más descentralizados, mejor. El tiempo juega en contra de los gobiernos, ya que cada vez hay más hash y es más difícil atacarlo. Defender o no defender un límite en la masa monetaria es CRUCIAL como sociedad y en cómo nos organizamos. Hay sistemas (marxismo, socialdemocracia, etc.) que NO pueden funcionar con un límite en la emisión de dinero. Así que esta característica de Bitcoin es súper importante como sociedad. Es un cambio de paradigma. Si al final se adopta Bitcoin con sus características, tened por seguro que nuestra organización económica cambiará y mucho (para mí, para bien). Hay gente que está apoyando Bitcoin y no conoce sus características económicas».


También tengo el honor de participar en un grupo selecto, exquisito, donde se comenta el fenómeno crypto, con bastante menos ruido, y donde nos juntamos algunos de los personajes más distinguidos del mundillo. Este grupo se llama «Crypto Freedom», y a mí me invitaron a unirme en una quedada celebrada el Día de los Inocentes. Bendita la inocentada. Allí el nivel técnico es elevado, y por destacar algo, rescato lo menos marciano, una puntualización que hacía Richard Yuste, para dejar ciertos conceptos claros: «Un sistema Ponzi es un sistema donde se promete un retorno al inversor pero se le paga del dinero de los nuevos incautos. Un sistema piramidal es un sistema donde el inversor debe buscar nuevos incautos para obtener su retorno. De no hacerlo perderá su inversión. Un sistema multinivel es un sistema donde el inversor busca nuevos inversores y se le recompensa por ello. Los dos primeros son ilegales, el último no».


Aparte de todo ello, los criptosaurios se dedicaron a destripar el concepto y la historia del dinero. En el grupo de «Blockchain España», nuestro ubicuo economista José Antonio Bravo comentaba: «El error está en pensar que ‘crear dinero mediante deuda’ es riqueza. El dinero es un lenguaje. Una manifestación de valor que nos ahorra tener que estar pensando en infinitas equivalencias, haciendo todas las equivalencias a una unidad de cuenta. Bitcoin es dinero y no es deuda».


Le pese a quien le pese, y por muchas regulaciones que intenten imponer, la comunidad crypto hace tiempo que se ha desprendido del yugo de la imposición, y no existe ya entidad o gobierno que tenga la capacidad de destruirlo, extinguirlo o detenerlo. Podrán retrasar su implantación masiva y frenar la innovación, pero saben muy bien que, si pisan el freno, su propia parálisis se volverá contra ellos. El mundo ya ha cambiado, y ahora les toca adaptarse, y cuanto antes, a los cambios venideros. Dejar de inventar enemigos, y unirse de una vez al pueblo.



«Cuanto más debatamos para ganar, más nos parecerá que existe una sola respuesta correcta y que las demás están equivocadas. En cambio, cuanto más debatamos para aprender, más pensaremos que no existe una verdad objetiva y que puede haber otras respuestas igualmente ciertas» El tribalismo de la verdad»).


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