El navegador Brave contraviene sus principios blockchain y se anuncia en los terminales con adblock
El navegador Brave promete navegar más rápido, bloqueando los anuncios e
impidiendo que registren tus movimientos en la red, para después vender esos
datos privados a empresas, estados o quien quiera erigirse en Gran Hermano.
Como ha puesto de manifiesto el escándalo FB/Cambridge Analytics, una vez que se ha señalado tu perfil en la diana, te conviertes en pieza cazada a la que llegan mensajes que percibes cercanos, como si te conocieran más que tu madre, pues saben dónde has estado anoche, hasta altas horas de la madrugada, cosa que tu madre no sabe.
Lo paradójico de la situación es que, a quienes usamos bloqueadores de publicidad, nos llega la publicidad Brave. Pocas veces se ha visto, en el campo publicitario, tal coherencia entre significante y significado, entre mensaje y referencia del mensaje.
Apareciendo el anuncio de Brave en la pantalla de tu ordenador, pone de
manifiesto dos cosas. Primero, que el bloqueador de publicidad es insuficiente para impedir que consumas publicidad. Y, en segundo lugar y tal vez más importante con los tiempos que corren, que estás registrado, que eres seguido y perseguido.
En este caso, por el propio Brave, que te ofrece la posibilidad de decidir si quieres ser seguido y, en su caso, cobrar por dejar tus datos privados y consumir publicidad, o quedar al margen de esa publicidad. Cobros por parte de la audiencia consumidora de anuncios y ofertante de datos en los que Blockchain tiene un lugar protagonista.
Blockchain, esa especie de gran base de datos a partir de la cual todo puede
intercambiarse, porque todo queda registrado, también hace de la privacidad una mercancía. Lo que hasta ahora hacían los grandes operadores tecnológicos, concentrando los beneficios de la capacidad de registro y acción sobre lo registrado, se democratiza y, quienquiera, puede vender sus registros privados.
Toda una revolución que entidades como Brave quieren liderar. Eso no quita que quede en el aire la pregunta que muchos blockchaineros estarán encantados de contestar: ¿cómo se controlará al controlador? ¿cómo se evitará que el que evita los registros de otros no nos registre?