Maritxu maneja sus criptofinanzas con un Smartphone, desde un caserío en el País Vasco
Maritxu nació hace 69 años en un caserío de Ereñozu. Está jubilada y le encanta tejer prendas de lana con agujas y ganchillo, pero también le gusta dedicar su tiempo a controlar sus finanzas desde un Smartphone. Con su terminal móvil, Martixu maneja a la perfección las apps de Coinbase y Coinomi, donde guarda sus bitcoins y ethers.
El 13 de diciembre, día de las modistas, se festeja la Feria de Santa Lucía en Zumárraga. En esta localidad guipuzcoana se celebra una feria de ganado desde la época medieval y en ella podemos ver aperos de labranza, exposición de ganado, feria tradicional de alimentos de temporada y artesanía de la tierra. En la última edición de la Feria, allí estaba Maritxu, con su línea de complementos para el invierno (bufandas, gorros y cintas para el pelo) y rodeada de carteles alusivos al pago en varias criptomonedas.
Esta mujer, que adora a sus nietos y que le encanta sumergirse en el mundo de los colores y de las texturas para inspirarse en nuevos patrones para sus diseños, empezó en el mundo de las criptomonedas de la mano de sus dos hijos y de su marido, que utilizan el bitcoin como medio de ahorro a medio y largo plazo. Una amiga le dio la idea de aceptar pagos en criptos, a modo de prueba, para vender sus prendas de lana y, entre las dos, echaron a andar el negocio de una forma muy sencilla. Diseñaron un cartel que decía “Se aceptan pagos en Bitcoin, Litecoin, Ethereum y Dash”. Justifican el uso de la app de Coinomi, porque afirman que la experiencia de usuario e interfaz es muy amigable y fácil de usar a través de códigos QR.
Al terminar la Feria, Maritxu nos contó que nunca se había acercado tanta gente a su puesto. Muchos eran curiosos que preguntaban por la iniciativa y otros pedían consejo sobre la oportunidad de invertir en la comprar de bitcoin. “La gente se tomaba selfies con el cartel, vino la prensa....vamos, que por unas horas fui la broker de Santa Lucía”, me contó entre risas.
Sobre la iniciativa, Maritxu relata con sencillez que “yo uso las criptomonedas a modo de guardar mis ahorros, sin saber mucho de qué va esta tecnología o lo que tiene detrás. He ido a conferencias y mi hijo me ha puesto vídeos en Youtube, pero me cuesta entender eso de los bloques. Creo que, al igual que las costumbres cambian, el dinero y la forma de hacer las cosas también cambian. Y si la gente me paga con ellas, en lugar de con euros, me parece bien. Hay que modernizarse, oye ”
Maritxu explica que ella nació en un caserío, “donde aprendí las costumbres del campo. He conocido las tradiciones más antiguas como “Atsolorra” (reunión y celebración de mujeres tras el nacimiento de un bebé en la comunidad) y ahora he conocido el Bitcoin”
Con Maritxu aprendí que no es necesario ser ninguna erudita en tecnología o finanzas para lanzarse a usar las criptomonedas. Eso sí, ella usa las criptos más consensuadas, como bitcoin, litecoin o ether y se deja asesorar por sus hijos, que están más involucrados en blockchain. También me aportó su visión “casera” de la utilización de las apps donde guarda y transfiere sus activos digitales. Sinceramente, pienso que el “criptoimserso” debería de tomar las calles y que es responsabilidad nuestra, de la juventud, enseñarles el uso de las tecnologías que han venido para quedarse.